Sr. Posse:
Ud. nos dice a los jóvenes que somos lo suficientemente ingenuos como para no saber lo que sucedió en los años ’70, dado que no conocemos a la generación derrotada, a aquella juventud, y que nos implicamos con ella sin conocer la “autentica versión de la historia”. Pero allí, en esa enunciación, Ud. no reconoce que toda historia es la lucha por la interpretación de su sentido, que la recuperación del sentido histórico es una lucha política y una tarea de nuestra sociedad. Este gobierno, como nunca antes, desde el retorno de la democracia, ha hecho esos trabajos sobre la conciencia de lo trágico acontecido y sobre la memoria. Ha trabajado el trauma de la “revolución derrotada” y lo ha puesto en escena como nunca antes. Quizás sea eso, la posibilidad de que nuestra juventud recupere parte del entusiasmo y la conciencia de la generación de los ’70, a partir de las puertas insospechadas que este gobierno ha abierto, lo que despierta su fervor autoritario que lo lleva a hacer declaraciones que parecen salidas de los tiempos más tenebrosos. Ud. también, esta planteando una lectura política de lo acontecido en aquellos años. Es la lectura reivindicadora de la Argentina más oscura y sombría, la cual creemos haber superado nosotros, jóvenes de la nueva generación democrática, a partir, entre otras cosas, de los trabajos de la memoria que ha comenzado este gobierno. Ud. retrotrae sus lecturas al pasado más brumoso y deplorable, porque expresa el discurso de esa Argentina conservadora y macchartista que ha arrasado en todos los peores sentidos con nuestro país.
Nos sentimos orgullosos de que hoy, como parte del gobierno, estén aquellos que entonces, con una lectura histórica atenta a las circunstancias de esos tiempos y de la importancia de lo que estaba en juego -como hay también hoy en juego nuevamente una batalla fundamental para nuestros pueblos latinoamericanos- entregaron su existencia por la causa de una sociedad más justa e igualitaria. Por supuesto que hubo errores en esa entrega, ¿acaso la vida, y la juventud aun más, no son una sucesión de ensayos y errores?. Lo importante es poder trabajar con esos errores, algo que seguramente resultara difícil para alguien hundido por un odio y un resentimiento tal que ni siquiera le permite superar las concepciones que primaban en el pasado más oscuro de nuestra Argentina. Ud. exclama que la juventud debe ser re-moralizada porque confunde el orden con el fascismo y anarquía. Que triste destino le espera a nuestra juventud en sus manos, Posse. La juventud reducida a meros muñecos subordinados, deshistorizados, sin vida.
¿Ha sido joven ud. alguna vez? ¿Ha experimentado la imperiosa necesidad de la transgresión, la necesidad de probar el mundo y sus frutos, que aparecen semi-ocultos y desafiantes ante los vírgenes ojos de quien nunca los ha recorrido en su infinita extensión?. ¿Qué puede tener que ver eso con la represión moralizante, macchartista y oscura que Ud. propone?.
Sus palabras, todas sus palabras, y especialmente las que dirige a la juventud, exhudan anacronismo, parecen cada una de ellas, recubiertas de una telaraña espesa, de esas que la sociedad argentina, y sobretodo a partir de este gobierno, ha comenzado arduamente -pero de una forma vital y necesaria- a desprenderse.
Ud., Posse, representa el retorno a nuestro pasado más miserable, su discurso es la suma perfecta de la conjunción de factores para reconstruir una Argentina hedionda, reprimida y perversa.
Cae en las retóricas llanas y remanidas del discurso fascista sin velos, sin filtro, insalvable por más que finja cambiar o lo atempere un poco. Aparecen en su discurso las metáforas biológico-medicas del “virus ideológico”, donde habitualmente se designa la “enfermedad” para poder proponer o instalar la cura drástica y urgente. La “aniquilación” del mal encarnado en este caso en el gobierno. Concepciones imbuidas en cada pliegue por las resonancias de la noche dictatorial.
La juventud implica la aparición de lo nuevo, de lo inesperado, la renovación de las corrientes más profundas de una sociedad democrática. Si Ud. Posse, repudia e impugna el rock como forma de expresión artística, ¿no está acaso amenazando de una forma velada, pero no por eso menos escalofriante, nuestra propia existencia como jóvenes en el mundo?.
Su escrito en La Nación parece exigir volver a un tiempo anacrónico repetido al infinito, una sociedad que jamás se renueve a sí misma, atrapada siempre en la repetición eterna de las máximas morales vacías que Ud. planteará, como continuo vigilante de nuestros cuerpos y sentimientos.
Ud. le teme a la juventud y a la aparición de lo nuevo que ella implica, detesta cualquier imprevisto en su frío mundo perfectamente regulado por máximas morales. Pero como toda interpretación del mundo implica disputas por la redefinición de sus sentidos, nosotros luchamos contra Ud. Posse. Ud. representa la encarnación de nuestra antítesis en todo sentido. Elegimos entonces que sea Ud. un estímulo para seguir organizándonos en contra de esta derecha rancia que Ud. representa y que amenaza con volver al invierno restaurador, con descargar eléctricamente su represión moralizante sobre una sociedad que se pretende controlar reduciéndola a la suma de sus partes.
El fascismo descarado y anacrónico de sus escritos, ya debería ser, para nosotros, los jóvenes, un nuevo estímulo para conocer lo que nos espera detrás de la clausura de este proceso abierto a partir de 2003 y de nuestra primavera juvenil latinoamericana. Por eso, ¡sigamos organizando la juventud, intercambiando experiencias, repoliticemos el rock, la historia y todas las formas de expresión artística, para consolidar lo alcanzado y sentar nuevas bases para seguir avanzando!. Y, ahora más que nunca, exclamamos con Capussotto, ¡POSSE, RENUNCIE!
De Ariel Golstein.
Declaración de cierre del 1º Encuentro de la militancia juvenil
Sábado 5 de diciembre de 2009, Facultad de Ciencias Sociales de la UBA
La coyuntura política que vivimos nos indica la importancia estratégica de avanzar en la construcción de la unidad del campo popular y de la juventud en particular.
A la contraofensiva reaccionaria, que mostró sus afilados dientes en el golpe de Honduras y con la instalación de las bases militares en Colombia, le siguió la construcción imperial de la ficción democrática para legitimar el golpe. Esto, junto a la reciente amenaza del cardenal paraguayo sobre Lugo diciendo “que ha llegado el tiempo de las fuerzas armadas” muestra a las claras el plan trazado por los intereses imperiales y oligárquicos sobre la región.
Dicha situación nos obliga a redoblar los esfuerzos para detener los procesos destituyentes, golpistas y desestabilizadores en toda Latinoamérica y en nuestro país. Necesitamos defender los grandes pasos que hemos dado, profundizando el camino de la transformación.
Luego de la victoria popular obtenida con la ley de servicios de comunicación audiovisual, que rompió con el cerrojo dictatorial, tenemos el desafío de construir la comunicación para los pueblos.
No alcanza sólo con la ley para recuperar nuestra voz, democratizar la palabra y terminar con la dictadura mediática, sino que con la herramienta de la nueva ley de medios en la mano estamos obligados a construir la fuerza político social para que la comunicación de los pueblos sea posible.
Los avances en la recuperación del Estado y en la distribución de la riqueza sólo fueron y serán posibles mediante la lucha y el compromiso militante.
No hay proceso de transformación popular que pueda sostenerse sin el protagonismo militante de la juventud. Por lo tanto, no hay posibilidad de profundizar el camino de la construcción del proyecto nacional popular y latinoamericano sin la unidad estratégica, es decir, la unidad de visión y concepción y la unidad de acción de la juventud. Debemos estar a la altura de nuestra responsabilidad histórica.
Para ello nos comprometemos a:
- Avanzar con la nacionalización de este espacio de juventud, constituyendo un espacio coordinador en cada provincia o ciudad que tengamos condiciones de hacerlo.
- Proyectar un segundo encuentro para el próximo año, un congreso nacional de la juventud, donde multipliquemos la cantidad de organizaciones y compañeros de todo el país.
- Instituir al espacio de coordinación permantente en la mesa de la juventud de las organizaciones del campo nacional, popular y latinoamericano.
- Sistematizar las resoluciones del encuentro para establecer una agenda de la juventud y un documento común que nos unifique.
La juventud hacia el bicentenario por la segunda independencia
Agrupación John William Cooke (Moreno); Corriente Política Enrique Santos Discépolo; Encuentro Nacional Popular Latinoamericano; Federación Juvenil Comunista; Federación Juvenil Comunista Congreso Extraordinario; JP La Cámpora; JP Evita; Juventud CTA; Juventud del Encuentro por la Democracia y la Equidad (Capital); Juventud de Fierro; Juventud de Militancia Social; Juventud Socialista (Provincia de Buenos Aires); Movimiento de Unidad Popular (MUP); JP Identidad; Juventud Humanista; Juventud Carta Abierta; Juventud PSOL; Juventud Universitaria Peronista (La Plata); Juventud MTL (prov. Buenos Aires); Juventud de la Corriente Agustin Tosco; Juventud del Movimiento Nacional Patria Grande; HIJOS (Capital); Movimiento Agroalimentario Nacional (MANA); Juventud de África y sus Diásporas; Movimiento Sanitarista Nacional (MOSANA); PORIAJU; Agrupación Peronista Argentina Grande; Envar el Kadri Peronismo Revolucionario; Colectivo Militante; Hijas e Hijos del exilio;
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